Sinceramente no se ni como empezar…hablar de esto es como si me abrieran en canal. La música y yo..uf madre mía no se ni como va acabar esto. En fin ahí vamos.
Voy a empezar por el principio.
Hace unos días me hicieron una entrevista en la que me preguntaban de que estaba orgullosa. Y la verdad es que no se si orgullosa pero si llevo con orgullo ser GADITANA y a los padres que he tenido. Cádiz me ha dado tanto…tanto…
Gracias a Cádiz crecí con la música en todas sus facetas y por todos lados. Es tan típico ver a la gente cantar por la calle, la música como sale de las ventanas y balcones, es tan común cruzarte con gente tararear cualquier canción en cualquier sitio que es imposible pensar en Cádiz y no sentir la música en mi alma.
Mis padres eran carnavaleros y eso hizo que mis hermanos y yo aun conectáramos mas con la música de nuestra tierra. En el recreo del colegio escribía letras a la música de los pasodobles que mis padres cantaban. Soñaba en poder cantarlos algún día delante de gente. Recuerdo la primera vez que pise el Gran Teatro Falla, fue viendo cantar a mi padre en una comparsa que se llamaban «Los viajeros del tiempo» en el 85, yo tenia 4 años. Aun recuerdo el repertorio…
De niña cantaba en el coro del colegio, y le cantaba por las noches a mis hermanos. En algún momento lo deje, me daba mucha vergüenza que me miraran, siempre estuve muy acomplejada por ser mucho mas alta que la media.
Durante algunos años tuve una espina dentro con eso, pero ni siquiera me planteaba volver a cantar en publico, tenia un miedo escénico terrible. Y la verdad no se porque pero solo de pensar cantar y que mi padre me ollera me daba mucho respeto, el cantaba muy bien.
Mi padre enfermo, estuvo ingresado varias veces y todas ellas yo bajaba a Cadiz (yo ya vivía en Madrid) pensábamos que moría. No os quiero ni contar como fueron esas idas y venidas. No se porque pero en una de ellas yo sabia que era la ultima y creo que el también.
Me hice de una fuerza que aun hoy no se de donde la saque, y le dije que por favor no se muriera sin que yo estuviera allí que eso me iba a marcar para toda la vida. El en respuesta me dijo una cosa que me marcaría de por vida.
El no me escucho cantar de forma profesional nunca. Esa fue la ultima vez que vi a mi padre consciente. Tres semanas después murió mi padre y yo estuve allí.
Su muerte me dio mucha fuerza para volver a empezar a cantar. Poco a poco empecé a cantarles a mis alumnos de yoga gracias a la gran inspiración de Guru Dass Singh. Y como sin darme cuenta fue tomando mas fuerza ese sentimiento de cantar y quedándose atrás mi gran miedo.
Me quede embarazada de los mellizos y todo tuvo que esperar un poco. Cuando justo parecía que todo se colocaba en su sitio, me di cuenta de que había perdido medio tono. Fui al otorrino y me tuvieron que operar de un día para otro de una cuerda vocal.
Resumiendo, cinco años, los más duros de mi vida, sin poder casi hablar, por supuesto ni cantar y dos operaciones en la misma cuerda vocal.
En todo ese tiempo me quise morir, me quise morir cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo. Me daba igual todo, solo pensaba que si no podía volver a cantar quería morirme. Cada vez que hablaba y me escuchaba esa voz difónica total , los continuos dolores … no me quiero ni acordar. Yo se que esto puede sonar muy egoísta pero así me sentía, se que solo algunos podrán entenderme.
El escuchar cualquier tipo de música me llevaba a lo mas profundo y a la vez triste de mi ser. No podía escuchar ninguna grabación mía de antes. El tener que decirle a uno de mis alumnos que entonara el Adi mantra por que yo no podía ni hablar. El no poder comunicarme con mis hijos de forma normal, era como no poder salir de eso nunca. Fue durísimo.
La ultima vez que me opere fue el 11 de julio de 2018 también de un día para otro.
Bendito día, porque ese día volví a nacer.
Poco a poco empecé a recuperarme bien, después de un tiempo sin hablar. Gracias a Dios apareció en mi vida Fernando mi foniatra al que le debo la voz que tengo hoy.
Y bueno, derrepente me veo cantando de nuevo y tan feliz que no puedo ni expresarlo.
Y resulta que pasado mañana me voy a Irlanda a dar un concierto y estoy….llorando todo el día. Me siento tan bendecida, no me lo creo aun.
Pero a la vez no me quito de la cabeza esa frase de mi padre… me da mucha pena que el no este viviendo esto conmigo. Pienso mucho en porque me lo dijo, hubo algo de por medio que se me escapa.
El caso es que me hizo reaccionar, ahora no hay un momento en el que yo cante y no me acuerde de el.
Uff vaya tocho que os acabo de contar. Ya os avise que no sabia como iba a salir de aquí.
No voy a terminar este post porque sinceramente no se como va acabar esto.
Solo deciros que como dice una amiga mía «La vida no es solo de los que luchan si no de los que además insisten» y yo de eso se un rato.
Con un hasta luego inmensamente emocionada y bendecida me voy para la cama que mañana tengo que hacer la maleta y alguna que otra cosa más.
Ya os contare que tal por Irlanda.
Por cierto de todo esto aprendí que no hay nada mejor para reconocer tu verdadera luz que enfrentarte de cara a tus miedos más profundos y a lo que uno cree que es, que no siempre coincide con la verdad.
Luz, paz y amor
Ginebra Sat Karam